¿Qué es un producto realmente artesanal?

¿Qué es un producto realmente artesanal?

En la actualidad, se usa el término “artesanal” para identificar, de manera genérica, a diferentes tipos de alimentos u objetos que se elaboran manualmente, sin embargo, el término refiere a características mucho más importantes que el solo hecho de producir sin la presencia de maquinaria. La producción realmente artesanal siempre tiene los siguientes elementos interrelacionados: el colectivo, el trabajo, los procesos y el territorio.  

Espeitx (1996) menciona que un producto alimentario que merece el calificativo de artesanal es aquel elaborado mediante un proceso opuesto a las técnicas de estandarización y homogenización de la industria alimentaria moderna. Aunque los productos artesanales requieren de factores humanos y tradiciones, esto no impide el uso de técnicas o herramientas innovadoras para llevar a cabo las diferentes etapas en los procesos, el saber-hacer se transmite de generación en generación mediante la práctica y con un significado cultural que a través del tiempo se modifica y adapta.

Explicando más a fondo sobre los elementos de un auténtico producto artesanal, nos referimos al colectivo porque es quien enseña, transmite a las nuevas generaciones y racionaliza los recursos. Establece un control de calidad, es decir, se exigen ciertas características para ser aprobado por el entorno social o familiar que envuelve la creación del producto y de esta forma se conservan y garantizan las características de origen, el colectivo también ratifica la autenticidad en la manera de crear el producto.

El segundo elemento es el proceso y tiene que ver con la cultura local en la que se crean, las historias de vida, el saber-hacer que se transmiten en las comunidades y su relación con el territorio. No se trata de una actividad mecánica sino de una serie de pasos que requieren habilidades desarrollados por años para lograr un trabajo apreciado por la comunidad.

En el tercer elemento, el trabajo, nos referimos a la forma de vida de las personas artesanas, va más allá de un intercambio de una labor por recursos económicos, significa saber-hacer, tener un trabajo vivificante, creativo y satisfactorio, digno y orgulloso mediante el cual se materializa la auto realización. En el artesano se encuentra el compromiso de crear con calidad y autenticidad.

El cuarto elemento de la artesanalidad es clave para la existencia de los procesos: el territorio. En este se encuentran características geográficas, físicas y de clima determinadas que permiten obtener la materia prima específica para la creación de un producto diferenciado, las características del territorio son transmitidas al producto final a través de esa materia prima. Es muy importante resaltar que, para lograr la sostenibilidad de los sistemas de consumo debe estar integrado tanto el componente ecológico como el social de los territorios, en este contexto la escala productiva toma un papel relevante. No se debe extraer más de lo que el ecosistema puede regenerar.

Con esto queremos justificar nuestra aseveración de que, al adquirir un producto auténticamente artesanal, contribuimos a defender los territorios de vida donde se producen, apoyamos a familias que han transmitido el conocimiento por generaciones y ayudamos a la preservación de la biodiversidad de la región. El impulso de alimentos artesanales, típicos y genuinos y de sus sistemas productivos, pueden formar parte de una revaloración cultural que implique el autoconocimiento y revalorización de las sociedades locales. (Camacho et al, 2019, p.136).

elementos de la artesanalidad

Imagen 1: Elaboración Tierra Blanca Mx

Bibliografía y referencias

Espeitx, Elena. (1996). Los nuevos consumidores o las nuevas relaciones entre campo y Ciudad a través de los productos de la tierra. Agricultura y Sociedad. (80-81), 83-115.

Camacho, Cervantes, Hernández, (2019). Cap. El concepto de artesanalidad en los alimentos y su vínculo con los quesos mexicanos genuinos. En Red SIAL México. Diaz años de contribución a los estudios de los sistemas agroalimentarios localizados (pp.127-142). Ciudad de México.